Las fresas también conocidas como frutillas, son una pequeña delicia de color rojo, originaria de América, que destaca por su intenso sabor y sus excelentes beneficios para la salud. Las fresas son frutas que aportan pocas calorías y que contienen abundante vitamina C, vitamina E, minerales y antioxidantes.
Gracias a su alto contenido de antioxidantes, ayudan a contrarrestar el envejecimiento y las arrugas pues producen colágeno.
En el caso de las mujeres, funcionan como un escudo contra los ataques al corazón. Quienes comen de 3 a más porciones semanales de estas frutas tienen un 32% menos probabilidades de sufrir un infarto.
También es importante señalar que las fresas protegen al estómago del alcohol. Las fresas son excelentes desintoxicantes y depuradores pues gracias a su alto contenido en compuestos fenólicos activan las enzimas o defensas antioxidantes del organismo.
Además las fresas con un excelente tratamiento para prevenir el colesterol pues cuentan con gran cantidad de ácido ascórbico, lecitina y pectina. Asimismo debido ser ricas en vitamina C resultan perfectas para tratamientos contra la anemia.
Las fresas pueden incluirse dentro de un régimen de dieta pues contienen pocos glúcidos. Además ayudan a los problemas de retención de líquidos pues son diuréticas, y también son útiles para los problemas de tránsito intestinal y estreñimiento pues tienen gran poder laxante.
Las fresas también ayudan al crecimiento óseo y de tejidos; a la hipertensión; a la insuficiencia renal; al sistema nervioso; a la formación de glóbulos rojos y blancos; etc.
En el tema de la gastronomía, las fresas pueden consumirse solas, con azúcar, con vino, con champagne, con zumo de naranja, en helados, en mermeladas, en tortas y en licor de fresas.